La Probeta Indiscreta

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Los rayos y las fulguritas

Los rayos caen constantemente sobre la superficie de la tierra. Se calcula que diariamente se generan unos 8.000.000 de rayos. Un rayo suele tener un diámetro de 2 a 5 centímetros, una velocidad de 94.000 kilómetros por segundo y unas temperaturas comprendidas entre los 17.000 y los 39.000 ºC. El pico de corriente puede llegar a alcanzar los 30.000 amperios.

Lo que no todo el mundo sabe es que cuando cae un rayo sobre suelo arenoso o rocas se pueden generar fulguritas (del latín fulgur, relámpago). Las fulguritas son vidrios naturales que se forman como resultado de potentes descargas eléctricas atmosféricas sobre suelos o rocas. Cuando un rayo cae, su gran temperatura funde la zona del terreno por donde este penetra. Acto seguido, dicha masa fundida se enfría rápidamente formando la fulgurita.

En la formción de estas estructuras intervienen varios factores aunque todavía no se ha podido determinar que nivel de importancia tiene cada uno de ellos:

- La dirección del rayo
- La intensidad de la corriente eléctrica
- La humedad
- Y la textura del suelo

Las formas de estas estructuras suelen ser cilíndricas y huecas. Estan formadas por material fundido que se encontraba en la zona del impacto por lo que pueden tener diferentes colores dependiendo de que tipo de material existiera en cada zona en el momento de la caida del rayo. La parte interna del tubo suele presentar un aspecto brillante, la parte externa por el contrario rugoso. Las fulguritas pueden poseer ramificaciones dendítricas (como las ramas de un árbol) y reflejan la trayectoria del rayo al penetrar en el suelo.

Suelen clasificarse en dos grupos en función del tipo de superficie sobre la cual impacata un rayo y son:

- Fulguritas de suelos arenosos--> Son las más frecuentes (dunas y playas)
- Fulguritas de suelos arcillosos y gravas--> Son menos frecuentes.
- Fulguritas de suelos con rocas--> Las que se producen en este tipo de suelos presentan tubos más cortos y se forman aprovechando las fracturas originalmente existentes en la roca.

Se han llegado a encontrar fulguritas gigantescas de 75 centímetros de diámetro, varios metros de profundidad y ramificaciones de hasta 7 metros como la encontrada en Torre de Moncorvo al Noreste de Portugal en la frontera con Salamanca.

El estudio de estas estructuras formadas por los rayos tiene aplicaciones. Por ejemplo son muy útiles a la hora de analizar los gases atrapados en los recovecos de estas formaciones. Dicha técnica ha sido utilizada en el desierto de Libia para reconstruir las condiciones paleoecológicas de la zona, revelándose que hace 15.000 años el desierto de Libia estaba recubierto de plantas.

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